Fábula de Tomás de Iriarte
Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«iOh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!»
Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
Uno de los valores fundamentales de todo ser humano es el conjunto de habilidades y conocimientos de que dispone para resolver problemas. La única forma de obtener este conjunto es el aprendizaje. El valor de aprender tiene como finalidad la búsqueda habitual de conocimientos a través del estudio, la reflexión de las experiencias vividas y una visión profunda de la realidad.
No debemos olvidar que el perfeccionamiento personal abarca la superación profesional, por lo tanto, debemos preocuparnos por profundizar en nuestros conocimientos. Incluso hay áreas que en apariencia no se relacionan directamente con nuestro trabajo, pero obtener conocimientos adicionales a nuestra profesión u oficio será siempre de utilidad práctica y nos brindarán un panorama más amplio de la vida.
Asimismo, debemos tener la suficiente humildad y capacidad para considerar y aprovechar la experiencia y conocimientos que los demás tienen. Ser sencillos y escuchar con calma y atención, a considerar con mayor detenimientos las sugerencias que nos hacen y a tomar decisiones más serenas y prudentes en base a la información recibida.
El valor de aprender nos convierte en personas que tienen más herramientas para avanzar en la vida y para ser mejores seres humanos.
Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
«iOh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!»
Sin regla del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.
Uno de los valores fundamentales de todo ser humano es el conjunto de habilidades y conocimientos de que dispone para resolver problemas. La única forma de obtener este conjunto es el aprendizaje. El valor de aprender tiene como finalidad la búsqueda habitual de conocimientos a través del estudio, la reflexión de las experiencias vividas y una visión profunda de la realidad.
No debemos olvidar que el perfeccionamiento personal abarca la superación profesional, por lo tanto, debemos preocuparnos por profundizar en nuestros conocimientos. Incluso hay áreas que en apariencia no se relacionan directamente con nuestro trabajo, pero obtener conocimientos adicionales a nuestra profesión u oficio será siempre de utilidad práctica y nos brindarán un panorama más amplio de la vida.
Asimismo, debemos tener la suficiente humildad y capacidad para considerar y aprovechar la experiencia y conocimientos que los demás tienen. Ser sencillos y escuchar con calma y atención, a considerar con mayor detenimientos las sugerencias que nos hacen y a tomar decisiones más serenas y prudentes en base a la información recibida.
El valor de aprender nos convierte en personas que tienen más herramientas para avanzar en la vida y para ser mejores seres humanos.
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