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Laboriosidad: El buey y la becerra

Viendo a un buey trabajando, una becerra que sólo descansaba y comía se condolió de su suerte y se alegró de la propia.

Pero llegó el día de una solemnidad religiosa, y mientras al buey se le hacía a un lado, cogieron a la becerra para sacrificarla.

Viendo lo sucedido, el buey sonrió y dijo:

-Mira, becerra, ya sabes por qué no tenías que trabajar: ¡estabas reservada para el sacrificio!

Cuidado con la ociosidad, pues podría ocultar un mal.

Este valor se manifiesta al demostrar constancia en la labor que se realiza, siendo esmerado, aplicado, exhibiendo interés y disposición así como satisfacción por la tarea que se realiza. No se limita a "cumplir" nuestro trabajo, sino también implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela y nuestra familia.
Existen falsas imágenes de laboriosidad: proyectar mucha actividad con pocos resultados, adquirir más obligaciones que las que se podrán cumplir oportunamente o pasar demasiado tiempo en la oficina o la escuela para descuidar obligaciones domésticas.

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